Urzúa encabezó la SHCP por 221 días
Carlos Urzúa Macías estuvo al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público 221 días, con lo cual se convirtió en el segundo funcionario que menos tiempo duró en dicha dependencia; el primero fue Jaime Serra Puche, en la administración de Ernesto Zedillo, que duró menos de un mes.
Los últimos datos de la SHCP indican que, durante los primeros cinco meses del año en los que estuvo al frente Urzúa Macías, las finanzas públicas reportaron mayores ingresos, menos gasto y un superávit primario.
De enero a mayo, los ingresos presupuestarios del gobierno federal aumentaron 0.7%, respecto al mismo periodo del 2018, al sumar 2.19 billones de pesos.
Mientras que el gasto público registró una reducción anual de 5.1 por ciento. Se ejercieron 2.19 billones de pesos. Los subejercicios fueron constantes en la estancia de Urzúa, suman más de 140,000 millones de pesos.
El balance general del sector público presentó un superávit de 32,351 millones de pesos, lo que contrasta con el déficit reportado en los primeros cinco meses del 2018, por 36,899 millones de pesos.
También se reportó un superávit primario de 217,854 millones de pesos. El saldo de la deuda se ubicó en 10 billones 428,800 millones de pesos, lo que representó 41.9% del PIB, según datos de la secretaría.
Secretarios duran poco
En los últimos dos sexenios, ningún secretario de Hacienda ha permanecido el sexenio completo.
Durante la administración de Felipe Calderón hubo tres secretarios de Hacienda.
El primero fue Agustín Carstens, quien tras tres años en el cargo, fue propuesto por el entonces presidente Felipe Calderón para gobernador del Banco de México; Cartsens fue relevado por Ernesto Cordero, quien duró casi tres años, renunció para buscar la candidatura a lapresidencia del país, en su lugar entró José Antonio Meade.
En el gobierno de Enrique Peña Nieto sucedió la misma historia. Tres fueron los secretarios de Hacienda. El primero, Luis Videgaray, quien renunció luego de la invitación que hizo al presidente Donald Trump al país. Fue relevado por José Antonio Meade, quien ya había sido secretario con Calderón. Tras buscar la silla presidencial, Meade dejó su cargo como secretario de Hacienda y en su lugar llegó José Antonio González Anaya.
Inquietante, la salida de Urzúa
La salida de Urzúa Macías fue calificada de “inquietante” por especialistas, pues consideran que era un elemento clave dentro de la dependencia que se hace cargo de las finanzas públicas del país.
“Indudablemente es una renuncia inquietante. La renuncia de un secretario de Hacienda en cualquier lugar del mundo siempre es una señal delicada”, expresó Luis Foncerrada, economista en jefe de American Chamber de México.
Una de las cuestiones que más preocupan, expuso, es que en la carta de renuncia de Urzúa se hablara de que no hay coherencia en las decisiones de política económica que se quieren llevar a cabo.
A su parecer, el gobierno de López Obrador perdió la mejor carta de confianza que se tenía en materia económica y en el manejo de las finanzas públicas.
“La convicción en el manejo adecuado de las finanzas públicas y el mantener un superávit primario era lo que veían los inversionistas (en Urzúa)”.
El fiscalista Herbert Bettinger coincidió en que no es una buena señal. Sin embargo, consideró que Arturo Herrera también tiene buenas credenciales para desempeñarse como secretario de Hacienda.
“Tiene otra preparación y una diferente visión de la economía. Esperemos que pueda sacar adelante los retos que tenemos, es la persona más adecuada dentro del equipo que tenía Urzúa”.