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La participación del 20 por ciento de los hogares más pobres en el ingreso total del país aumenta de 5.6 por ciento a 8.2 por ciento una vez que se aplican impuestos y gasto público social, en tanto que el efecto en el 20 por ciento de los hogares más ricos es de una reducción de 49.9 por ciento a 42.3 por ciento del ingreso total, reveló la Secretaría de Hacienda en su reciente estudio sobre la Incidencia Distributiva del Sistema Fiscal Mexicano.

Así, la dependencia argumenta que, en el agregado, la política fiscal del país es progresiva (beneficia más los que menos tienen), explicado en buena medida porque el 62.7 por ciento de la recaudación proviene del 20 por ciento de los hogares más ricos, en tanto que el gasto social se distribuye de forma casi pareja en todos los deciles de ingreso.

Sin embargo, este efecto redistributivo del sistema fiscal mexicano es el más bajo al interior de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), pues según sus cifras, la concentración del ingreso, medido por el Coeficiente de Gini, se reduce sólo 3.2 por ciento después de impuestos y transferencias en México, en tanto que la reducción promedio de los países es de 32.5 por ciento, con naciones llegando hasta 50 por ciento.

RECAUDACIÓN

Rodolfo de la Torre, director en Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), explicó a Excélsior que la diferencia entre México y el resto de los países de la OCDE radica en su bajo nivel de recaudación (menos de 20 por ciento del Producto Interno Bruto en México vs. más de 40 por ciento promedio en la OCDE), situación que le impide gastar más en servicios sociales que igualen oportunidades entre la población.

Por lo anterior, expresó que el país requiere una reforma fiscal para ampliar la recaudación, eliminando exenciones del IVA y el ISR, reduciendo la evasión y elusión, y a su vez poniendo énfasis en el impuesto predial.

Creo que una buena idea puede ser federalizar el impuesto predial, para tener un cobro nacional a la propiedad en lugar de un mosaico de 2 mil 400 impuestos locales distintos. Para ello se requiere una reforma al registro público de la propiedad”, expresó De la Torre.

Añadió que el impuesto predial debe ser acompañado por el cobro a la tenencia vehicular, que ha probado ser recaudatorio y progresivo, al igual que un esfuerzo para ampliar la base de contribuyentes, de modo que se incorpore a los más 30 millones de personas que laboran en la informalidad.

GASTO SOCIAL

Rodolfo De la Torre afirmó que los subsidios a los energéticos (gasolinas y electricidad), sumado a los otorgados a las pensiones, se concentran en los estratos más altos de ingreso, lo cual contrarresta el efecto progresivo de programas sociales como Prospera, Pensión de Adultos Mayores y el Seguro Popular.

Esta situación ocasiona que tanto ricos como pobres reciban lo mismo en términos netos, y por eso se pierde el efecto distributivo del gasto social”, explicó el especialista del CEEY.

Por ello, explicó que con la eliminación de estos programas progresivos por el gobierno de López Obrador “lo que parece que va a ocurrir es que van a aumentar las transferencias generalizadas, y ya no las focalizadas, con lo que se perderá impacto distributivo. Quizás las personas tendrán más dinero en sus bolsillos, pero con servicios de salud y educación de peor calidad, con un impacto total contra los más pobres”.

EL CENSO DE BIENESTAR, UNA OPORTUNIDAD PERDIDA: CEEY

El gobierno perdió una oportunidad de conocer las principales necesidades de los hogares y con ello mejorar la focalización del gasto público, al haber realizado un Censo de Bienestar sin rigor metodológico, con funcionarios poco capacitados, y haber desaprovechado la experiencia acumulada del Inegi, Coneval, y la propia antigua Secretaría de Desarrollo Social, afirmó Rodolfo de la Torre, director en Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Explicó que, además del volumen de recaudación, otra diferencia que tienen los países de la OCDE respecto a México es que conocen mejor las necesidades de las personas, y esto se traduce en que su padrón de contribuyentes sea casi universal y que su gasto social esté dirigido en mayor medida hacia los hogares más desfavorecidos.

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