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El obsesivo control del déficit público impide promover el crecimiento
Roberto González Amador, La Jornada
El control del déficit público se ha vuelto una obsesión, con una gran carga ideológica, que impide la puesta en práctica de políticas promotoras del crecimiento económico y la generación de empleo. Ocurre ahora en Europa y ha sido la norma en el diseño de las políticas económicas en México por varios años, apuntaron especialistas convocados este miércoles por la Academia Mexicana de Economía Política (AMEP). “El déficit público es un resultado, la diferencia entre lo que un gobierno gasta y lo que ingresa”, planteó el profesor universitario Carlos Tello Macías, catedrático en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Lo que hay que discutir es qué tipo de gasto lleva a cabo un gobierno y cómo se allega los recursos para realizarlo. No tiene sentido discutir un nivel de déficit si un gobierno no sabe qué va a hacer”, expuso Tello, que fue el primer secretario de Programación y Presupuesto y también ocupó la dirección del Banco de México.
La reflexión convocada por la AMEP, como expuso su presidente Juan Castaingts Teillery, tiene el propósito de abonar a la discusión pública y al debate de asuntos de interés, en un año en que se renovará la Presidencia.
El tema fiscal fue el punto de discusión en la sesión de este miércoles. En ella, Francisco Suárez Dávila, ex subsecretario de Hacienda, consideró “absolutamente fundamental” elevar el nivel de discusión en un año electoral y por la crisis que vive el mundo. En la discusión de la política económica en México, consideró, hay silencio o generalidades sobre el tema de la reforma hacendaria. “No discutir el tema fiscal es muestra del rezago intelectual que padece el país”, consideró.
