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El Financiero, Economía

Isabel Becerril

El sector privado está dispuesto a aceptar una tasa de 30 por ciento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) en 2010, moviéndose desde un tope de 28 por ciento, siempre y cuando el gobierno la reduzca a 25 por ciento para aquellas empresas que reinviertan o realicen inversiones nuevas.

Durante la reunión que los empresarios tendrán hoy con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, reiterarán su posición irreductible de no hablar de un aumento de impuestos si antes la administración federal no es más austera en su gasto.

Una vez que los hombres de negocios vean que hay intención del gobierno por reducir el gasto público, empezarán las negociaciones sobre los gravámenes, y en este tema pedirán que de aprobarse el impuesto al consumo de 2 por ciento su aplicación sea universal.

También tratarán de convencer a las autoridades hacendarias para que den marcha atrás en las modificaciones que pretenden hacer al esquema de consolidación.

En entrevista a la salida de la reunión de Comisión Ejecutiva del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Salomón Presburger, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), adelantó que el sector patronal está tratando de convencer al gobierno de que haya impuestos que premien la inversión.

Si se aumenta el ISR a 30 por ciento, que a aquellas empresas que reinviertan se le reduzca la tasa a 25 por ciento, apuntó.

Indicó que en el sector empresarial existe el consenso de que sí debe crearse el impuesto de 2 por ciento, pero tiene que ir acompañado de un plan de fiscalización.

Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), precisó que la autoridad debe considerar el impuesto de 2 por ciento universal, porque aparte de que los competidores de México -como Chile, China y España- lo tienen, eso les da competitividad.

Apuntó que ese gravamen no debe tener excepciones, porque después se “vuelve en gripa rápidamente y pierde efectividad; además todos debemos poner algo”.

-¿Cómo van las pláticas con el gobierno para que desista de modificar las reglas de la consolidación fiscal?

-Seguimos negociando sobre el tema.

“Taponar recursos”

Ricardo González, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), comentó que el punto central de la plática entre Agustín Carstens y los miembros del CCE será que el gobierno tiene que bajar gastos y “taponar el uso de recursos” antes de aumentar la tributación.

-¿Si el gobierno reduce aún más su gasto, ustedes aceptarían los aumentos de impuestos?

-Lo que solicitamos es bajar el dispendio y que se reduzca el gasto público que no está transparentado, del que nunca se rinden cuentas y el que subsidia operaciones ineficientes y deficitarias.

El dirigente del sindicato patronal expuso que en este momento el país debe tomar la coyuntura como oportunidad, para dar la atención que se requiere a los problemas de estructura que la crisis ha puesto al descubierto.

Señaló que los problemas que vive el país no son de hoy, sino que datan de hace más de 30 años, lo que ha ocasionado que las tasas de crecimiento económico de la nación sean muy bajas.

-¿Lo que le ha faltado a México es un blindaje en las finanzas gubernamentales?

-No podemos tener blindaje si no hay cimientos básicos, y nuestro marco es de protocolos para los acuerdos políticos y mantener prácticas clientelares, que se han creado por intereses a lo largo del tiempo.

González Sada expresó que entre los objetivos a seguir de la iniciativa privada está buscar incentivos fiscales para las empresas que inviertan.