IMCP

Campaña Nacional de la Contaduría Pública

Fundado en 1923 y conformado actualmente de 60 colegios de Contadores

IMCP_Tienda Conoce a tu Colegio y Guía de Operación

Síntesis Informativa

  • Imprimir
  • youtube

Entornos volátiles como el que se vive a nivel global normalmente derivan en nuevas y más estrictas regulaciones para la banca. México no ha quedado exento de estas circunstancias: además de las normas derivadas de acuerdos internacionales, las instituciones financieras deben cumplir con reglas locales.

Jaime González Aguadé, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), afirma que en la actualidad la banca mexicana cumple a cabalidad con ambas, lo que de alguna manera se refleja en un sector sólido, sano y con crecimientos importantes del crédito. No obstante, asegura que siempre hay regulación nueva, y eso no va a parar en un mercado en constante cambio.

En entrevista, el funcionario descarta que la complicada situación por la que atraviesa la banca europea, en especial la española, vaya a repercutir en algunas filiales mexicanas. Además, recuerda que la reforma financiera pone un cerco de capital a estas entidades, para evitar que se lleven dinero de más a sus casas matriz en caso de que lo requirieran.

Respecto de nuevos bancos, considera que es posible que este año se cierre con casi 50 en operación (hoy hay 47 y cuatro más ya autorizados). Además, sigue el interés de más entidades, tanto nacionales como extranjeras, de incorporarse al sistema local.

—¿Cómo está hoy el sistema bancario mexicano en un entorno de volatilidad?

—La verdad es que bien. Hemos hecho la tarea desde hace tiempo, tanto la regulación como la supervisión. La verdad es que tenemos una banca que es muy sólida y muy sana. Y eso lo puedes ver en los indicadores de capitalización, y en el comportamiento de la cartera vencida. Pero además, con crecimientos importantes en el otorgamiento de crédito, a junio de este año, ha crecido más de 15%, muy por encima de la la economía, y eso es lo que queremos ver, porque uno de los objetivos de esta administración es que la penetración del crédito como proporción del PIB crezca.

—Hasta ahora, ¿cómo se ha aplicado la regulación internacional como la referente a Basilea III? ¿Viene más regulación para la banca?

—Teníamos dos tareas importantes al inicio de la administración en cuestión de regulación. Una era no solamente tener la reforma financiera, sino su correcta implementación en los bancos, y la otra la parte externa que era Basilea III. La verdad es que vamos bien, hemos sacado toda la regulación, y hemos hecho la supervisión para que su cumplimiento sea oportuno. Vamos bien, siempre hay regulación nueva. Tanto la regulación como la supervisión son un proceso dinámico, ya sea porque hay cosas nuevas en el mercado o porque podemos mejorar las existentes, entonces eso no va a parar. Del ámbito internacional se ha hecho énfasis en que no viene un Basilea IV. En los consejos en los que nos ha tocado participar (…) hemos podido conocer qué están haciendo otros países, conocer el grado de avance de la supervisión y la regulación y te puedo decir que a nivel mundial no estamos mal, vamos muy bien en cuanto a la implementación y la adopción de esta regulación internacional en el país.

—A nivel local, ¿qué están trabajando para aplicar una nueva regulación a los bancos?

—En administraciones pasadas el promedio era como de 20 a 30 cambios en la regulación. Al tener tanta regulación nueva, hemos hecho cerca de 500 cambios en lo que va de la administración, y muchos de ésos tenemos que irlos ajustando, por eso es que nuestro promedio es más alto. Creo que el año pasado hicimos 70, si no mal recuerdo, mucho porque son ajustes, mucho porque son todavía parte de la implementación.

—Bancos más pequeños han dicho que les resulta excesiva la regulación. ¿Están haciendo algo al respecto?

—Es una discusión que siempre va a estar ahí, y el regulador lo que opina es que tener una regulación pareja hace que todos sean mejores, y no necesariamente que existan puertas traseras por donde hacer alguna otra cosa. El contraargumento de eso y lo que te dicen los bancos más pequeños es que no necesariamente tienen la misma escala para esa regulación. Hasta hoy desde 1994, nunca ha habido una diferenciación, hay pocas cosas donde hemos hecho distinciones; pero no en las importantes, como para tener suficiente capital, liquidez, para hacer frente a los retos que pudieran enfrenar los bancos, ésas nos parecen que son muy importantes, a pesar del costo que podían representar, y es que el riesgo que se disminuye con una regulación pareja es mayor.

—¿Qué se puede esperar de los bancos sistémicamente importantes?

—Basilea hace una diferenciación de bancos que son global y domésticamente sistémicos. Muchos de los bancos grandes que tenemos en México son globalmente sistémicos, entonces tienen cierto capital, pero Basilea dice que si tienes bancos que son domésticamente sistémicos, puedes exigirles mayor capital y eso aprobó la Junta de Gobierno. En México todos están por encima del nivel regulatorio.

—¿La situación por la que atraviesa la banca europea podría repercutir en bancos de capital español en México?

—Fíjate que no. Hay que recordar una cosa: la regulación en México exige que sean subsidiarias. Eso permite diferencias desde la operación, el capital y además con nuestras propias reglas. En la medida que tengan problemas allá, seguramente se sentirá algo del efecto en el país en cuanto a cómo se comportan, pero no necesariamente en su parte financiera, y eso lo vimos en el 2008. Pero más allá de eso, además en la reforma financiera se estableció la posibilidad de poner un cerco al capital, existe la posibilidad hoy que no teníamos en el 2008, de que, a través de este cerco de capital, se evite la salida de capital para fortalecer a las matrices, pero no lo vislumbramos.

Liga El Economista clic aquí