Frente al pobre dinamismo que reporta la economía del país, el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) propuso un plan para reactivar la actividad económica y ya no seguir recortando el presupuesto económico, pues afirmó que la suma de los recortes anunciados para 2015, 2016 y 2017 supera los 460 mil millones de pesos (equivalentes al 2.7 por ciento del Producto Interno Bruto), por lo que “volver a recortar el gasto puede ser contraproducente”.

De esta manera, Leticia Hervert Sáenz, presidenta del instituto, dijo que las acciones para reactivar la actividad económica deben incluir incentivos fiscales, acelera el desarrollo de proyectos de infraestructura pública y reestructurar los sistemas de pensiones de las fuerzas armadas, de los Estados y las universidades públicas.

Y lo anterior, enfatizó, porque recurrir a mayores recortes al presupuesto público “nos puede llevar a un círculo perverso de menor crecimiento, menor recaudación, mayor déficit fiscal, necesidad de mayores recortes”.

En conferencia de prensa, comentó que recientemente, diversas organizaciones públicas y privadas han recortado sus previsiones de crecimiento de la economía mexicana para este 2016, por lo que resulta urgente implementar un plan de acción para revertir el débil dinamismo.

“Diversos organismos e instituciones han estado reduciendo sus pronósticos de la economía de México para este año y el próximo; existe una visión generalizada de que nuestra economía tiende a desacelerarse”, afirmó.

Agregó que, en diversas encuestas, como las del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del Banco de México (Banxico), o del IMCP, se destacan los factores que obstaculizan la actividad económica, entre los que figuran el clima de inseguridad, la corrupción, así como la falta de disponibilidad de financiamiento y capital y presiones de índole fiscal.

Por lo anterior, entre las líneas de acción que requiere el país para impulsar el desarrollo, dijo que el IMCP considera que la solución se encuentra en modificar la política fiscal a un enfoque ofertista que promueva la inversión y el empleo.

De esta manera, consideró necesario reducir gradualmente la tasa de Impuesto Sobre la Renta (ISR) a las empresas y a los individuos, a razón de 1.0 por ciento cada año, durante cinco años hasta alcanzar la tasa del 25 por ciento anual para empresas y 30 por ciento para individuos.

Asimismo, se pronunció a favor de permitir la deducibilidad del 100 por ciento de las prestaciones sociales en forma inmediata y establecer un esquema de deducción acelerada de la inversión en activos físicos para expansión de la capacidad instalada, que favorezca la creación de empleos.

La presidenta del IMCP propuso establecer un incentivo de hasta 5.0 por ciento de descuento en la tasa de ISR para las empresas que coticen en las Bolsas de Valores e implementar un timbre fiscal que promueva la regularización de capitales, aplicando un descuento más atractivo si el destino de los recursos que se repatrían va hacia la inversión productiva.

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