La Confianza es Primero

por Leopoldo Mitre Becerril

Hace tiempo que escuché acerca del libro “La Panza es Primero”, pero no fue sino hasta hace tiempo que tuve la oportunidad de revisarlo. Debo decir que es un libro caricaturesco, escrito e ilustrado por Rius en el año de 1972, que habla de la mala alimentación en México y su problemática. Más allá de las críticas científicas y de información que puede presentar este libro, el concepto general cobra relevancia en estos días. Menciona que el mayor problema de la nación radica en la forma de comer, tomando esto como la raíz de muchos problemas.

Me parece que hoy en día se han vuelto prácticamente incuestionables los problemas de nutrición que afectan nuestro país. Los números nos dan cuenta de la dimensión del problema donde cuatro de cada diez niños sufren sobrepeso, prácticamente 32 millones de adultos sufren de problemas relacionados con la obesidad y el 70.5% de la población de más de 20 años tiene sobrepeso. Pero, ¿cómo identificar la raíz de este problema? Recurrir a los expertos es parte fundamental de la solución.

La frase aquella que solían repetir nuestras madres o abuelas donde decían “Más vale un gordito feliz que un flaco desnutrido” debe de ser cuestionada; y prácticamente muchas de las formas en las que nos hemos alimentado también deben de ser cuestionadas. Y es que los tiempos han cambiado. Es necesario que modifiquemos nuestros hábitos alimenticios. Los expertos en nutrición dicen que es aquí donde radica el verdadero problema. Dicen entonces los doctores en nutrición que la clave está en saber comer.

Diagnosticar el verdadero origen del problema es la clave para resolver de raíz cualquier asunto. Los mejores médicos, por ejemplo, han estudiado durante años –y practicado muchos más- para lograr una habilidad incuestionable en el diagnóstico de complejas enfermedades. Los nutriólogos no son la excepción. Ellos y ellas han dedicado su vocación a mejorar la calidad de vida de las personas a través del diagnóstico correcto sobre el tipo de alimentación que debe seguir una persona. Su fortaleza radica en su habilidad para identificar los problemas y saber cómo corregirlos. Esta es la clave angular en cualquier consultoría, es lo que distingue a los que saben de los que no.

La consultoría en Procesos de Negocio no está alejada de esta realidad. Los buenos consultores en Procesos de Negocio tienen una clara habilidad para identificar y resolver los problemas que asfixian –y que en muchos casos matan- la rentabilidad de la empresa. Aunque la comparación es lógica, pareciera ser que en la práctica existe un cierto escepticismo al respecto.
No todas las empresas creen que el diagnóstico adecuado es la mejor manera de detectar los problemas.

Pero no todo radica en la habilidad del doctor o el consultor. La confianza que les demos es algo primordial. Para ponerlo más claro, le propongo a usted una comparación hipotética, meramente imaginaria.

Es como si usted fuera al doctor por una roncha que le salió, digamos en la pierna, y en vez de dejar que el médico le practique un diagnóstico adecuado o lo ausculte para encontrar la raíz del problema, usted le dijera: “Mire doctor, no lo voy a dejar mirar porque llevo algo de prisa y ya sé qué tengo… a mi compadre le pasó lo mismo y él me dijo cómo resolverlo.” Y posteriormente usted le dijera al doctor qué le recete o, en el peor de los casos, que le venda la medicina fulana que usted ya sabe que necesita. Me parece que en el mejor de los escenarios el ‘Doc’ le diría que ahí no es farmacia y que si se va a auto-recetar, él no se hace responsable por su salud. Por otro lado, siempre existe la posibilidad de que lo mande por un tubo.

Llevo años trabajando en el negocio de la consultoría en Procesos de Negocios, donde buscamos la rentabilidad de la organización, y debo reconocer que, cuando una empresa nos dice que ya sabe lo que necesita, inmediatamente pienso en el caso anterior. Y es que cuando se trata de consultoría en Procesos de Negocio tenemos que entrar a ver al “paciente”, hay que evaluar muchos aspectos y poder así proponer verdaderas mejoras. Hay que lograr que el cliente entre, para ponerlo en términos de nutrición, en una dieta adecuada. Este control y definición de procesos no puede ser el mismo para todos. Si bien el nutriólogo tiene recomendaciones generales, la dieta final del paciente dependerá de sus hábitos, de su complexión, de su edad y hasta de su metabolismo.

Así mismo, cuando vamos al nutriólogo, es él quien nos ayuda a encontrar el balance de alimentación adecuado pero no es él el responsable de bajar de peso. La responsabilidad de seguir sus consejos e indicaciones siempre es nuestra. No puedo reclamarle que no bajé de peso si el fin de semana me aventé tres tacos de chorizo con queso, seis tlacoyos con mucha crema y un pambazo… ¡Ah eso sí!, me tomé una ‘coca’ de dieta para no engordar. La decisión de romper la dieta es mía.

En las organizaciones pasa lo mismo. Es necesario identificar sus fortalezas, sus mejores prácticas, conocer sus procesos y así proponer una solución adecuada basada en Tecnología probada. Así como el nutriólogo no se dedica a inventar alimentos, sino que toma los ya existentes para armar el mejor programa de nutrición, nosotros en DynaWare identificamos la mejor tecnología y la que se adapta a la operación de la empresa. Es entonces, la Tecnología de Información la que nos ayuda a lograr la meta de rentabilidad establecida, pero es la identificación del verdadero problema, a través de una acertada consultoría, la que nos permite resolver el problema de raíz.

Por consiguiente, la próxima vez que lo visiten en su organización los Consultores, no dude en darles su confianza. Tómese el tiempo de compartir con ellos la información necesaria que les permita entender su negocio. Créame, al igual que los doctores, ellos se han preparado por años para poder identificar en su negocio las mejores soluciones que le permitirán convertir a su organización en una Empresa de Alto Desempeño.

*El autor es colaborador de DynaWare, y está claramente preocupado por bajar de peso, por eso tiene como meta recurrir al diagnóstico experto de un buen nutriólogo.

leopoldo.mitre@dynaware.com