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Debido a que cada año se han estado reduciendo las estimaciones del crecimiento de la economía mexicana, diversos analistas consideraron que los precriterios y los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para el 2017 deberían ser menos optimistas y adecuarse más a la realidad que enfrenta el país, pues ello permitirá tener una mejor perspectiva de la situación económica de México.

Luis Foncerrada, titular del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, indicó que entre más realistas sean los criterios generales, más confianza tendrán los inversionistas y el público en general sobre el comportamiento económico que tendrá cada año el país.

“Como ya sabemos que son demasiado optimistas, nosotros ya consideramos restar desde un principio nuestras expectativas para hacer nuestros planes de negocios (…) Se debe tener más credibilidad para que las expectativas se ajusten de otra forma. Hoy por hoy ya sabemos que se ajustan a la baja porque mes con mes las expectativas son muy optimistas”.

Refirió que ante diversas situaciones que deberá enfrentar el país, como menores ingresos petroleros, la política monetaria de Estados Unidos y la desaceleración en China, se deben hacer supuestos más realistas, pues a partir de los criterios se forman la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación.

Reformas, la apuesta de un mejor panorama

De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, los primeros criterios que realizó la actual administración en el 2013 estimaban que el Producto Interno Bruto (PIB) del país crecería a una tasa de 3.5%; sin embargo, al cierre de ese año sólo fue de 1.3%, respecto del 2012.

Para el 2014, las expectativas de crecimiento del país no fueron menores, ya que se planteó un avance de 3.9%; no obstante, apenas se logró un crecimiento de 2.5 por ciento. Lo mismo sucedió en el 2015, cuando se proyectó un crecimiento de 3.7%, pero sólo se avanzó 2.5 por ciento.

Leticia Armenta, economista del Tecnológico de Monterrey, comentó que si bien las reformas estructurales como la energética, telecomunicaciones, financiera y fiscal darían un mejor panorama a la situación económica del país, sus efectos no debieron plantearse de manera directa sino en el mediano y largo plazo.

“Cuando las expectativas de crecimiento son demasiado optimistas, después se tienen que corregir porque traen pocas probabilidades de que se cumpla y a mi juicio eso genera un peor ambiente porque entonces la sociedad comienza a desconfiar de la misma autoridad”.

Agregó que se vuelve un ejercicio a la inversa, donde se dice que el país va a crecer a un nivel mayor pero termina siendo lo contrario, “esto se vuelve muy nocivo para el clima de negocios y para las expectativas de los agentes”.

Proponen mayor participación del legislativo

José Gabriel Martínez, director del programa de Maestría en Políticas Públicas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), destacó que debería existir una mayor participación del Poder Legislativo en la creación de los Criterios Generales de Política Económica, pues si bien existen estudios económicos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas en la Cámara de Diputados, no son profundos ni suficientes.

“Los criterios se han vuelto una propaganda política para hacer el presupuesto (…) En Estados Unidos y Canadá, el presidente no hace el presupuesto sino el Congreso. El problema es que aquí, muchos diputados tienen intereses con Hacienda y entonces no son capaces de hacer estudios más profundos o adicionales a lo que el Ejecutivo o Hacienda entregan”.

Foncerrada indicó que debe existir un departamento independiente de Hacienda y el Ejecutivo. “Lo malo del CEFP es que un periodo está del lado del PRI y después del PAN, entonces hay un sesgo (…) En Estados Unidos, la oficina del presupuesto se distingue por dar evaluaciones y estimaciones muy certeras de lo que ocurrirá en la economía y ello ayuda a enfrentar con mejor prevención posibles impactos”.

En este sentido, Vidal Romero, jefe del Departamento de Ciencias Políticas del ITAM, coincidió y agregó que el problema de fondo es que el Legislativo no tiene forma de contrarrestar los datos del Ejecutivo.

“En otros países no sucede esto, más bien existe una discusión y debate entre expertos y los partidos de oposición, pero en México todo queda en lo que dice Hacienda. No hay una participación fuerte del Legislativo ni tampoco de una ciudadanía que exija en qué se gasta el dinero el gobierno”.

Finalmente, José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), mencionó que se debe hacer una evaluación profunda sobre los criterios de los últimos 15 años, y a partir de ello conocer variables estratégicas como el crecimiento económico, el tipo de cambio, la balanza comercial y la inflación.

“Con esta información se podrá tener una mejor visión de qué tan ajustados han estado con la realidad y cuáles han sido los errores que se han tenido. Se debe buscar generar un proceso mucho más transparente y un diálogo mucho más técnico, entre lo que es Hacienda y el Poder Legislativo”.

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