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Alrededor de 5 millones de personas que cotizan en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que tienen una afore no recibirán una pensión debido a que no alcanzarán el número de semanas que necesitan para jubilarse, indicó Carlos Lozano, presidente del Colegio Nacional de Actuarios.

“Para el 2021, las personas que tengan 65 años, 5 millones no alcanzarán a registrar las 1,250 semanas de cotización que se requieren para solicitar una pensión, pues muchas personas tienen dividida su actividad laboral entre lo formal y lo informal”, expuso en reunión con medios de comunicación.

Advirtió que, este número podría ser mayor, pues solo se están considerando a los afiliados del IMSS, pero aún falta considerar a los trabajadores que están en la informalidad y que no realizan un ahorro para el retiro.

“La Población Económicamente Activa es de alrededor de 53 millones de personas, 40% son trabajadores del IMSS, ISSSTE y el régimen de los estados y municipios; entonces quedan las casi 33 millones de personas que quedan, están en una situación inestable”.

Refirió que, de los 18 millones de afiliados que hay en el IMSS, 6 millones están bajo el régimen de la Ley del Seguro Social de 1973; mientras que, 12 millones ya están registrados en el régimen de la Ley de 1997, es decir, su pensión la recibirán a través de una afore.

En el 2021, el sistema de afores cumple 24 años, por lo que se deberían empezar a jubilar las primeras generaciones que cotizaron bajo el esquema de contribución definida de 1997, dónde el trabajador es responsable de su ahorro para el retiro y recibe apoyo del gobierno y su empresa.

Esta aportación es del 6.5%, la cual es muy baja, pues al final de su vida laboral, los trabajadores recibirán entre 25 y 30% de su último salario; mientras que lo ideal sería por 70 por ciento.

“La tasa de reemplazo podría representar hasta 14%, lo cual no es suficiente para tener la calidad de vida que se tenía cuando se trabajaba”.

SUBIR APORTACIONES NO LO ES TODO

Lozano indicó que si bien es importante incrementar las aportaciones del 6.5%, no es la mejor solución, pues ello representaría un alto costo para las empresas, lo que a su vez provocaría un mayor nivel de trabajadores en la informalidad.

“Bajo el esquema de aportación tripartita, la empresa es la que aporta más y subir las aportaciones de forma tajante, representaría un alto costo y ocasionaría que menos empresas registren a los trabajadores”.

Mencionó que, una de las propuestas que están haciendo y que presentarán de manera formal en el Seminario de Retiro y Salud —que será el 24 y 25 de abril— es que se creen esquemas de planes de pensiones que se adecuen a las necesidades de las empresas.

“Existen esquemas de pensiones para microempresas que se manejan bajo esquemas híbridos o solidarios; es decir, la empresa hace un fondo, el cual está dividió en dos. Al trabajador se le da una pensión de beneficio definido y otra de contribución definida”.

Este tipo de planes ayudarían a mejorar el sistema de pensiones que ayudaría a generar ahorros tanto al gobierno como a las empresas. Insistió, en que la deducibilidad del 100% en los planes de pensiones se devuelva.

Aclaró que, la reforma que se hizo en el sistema de pensiones en 1997 no debe dar marcha atrás, pues es buen esquema, pero se debe perfeccionar. “Cuando se aprobó esta reforma, no se consideraron el impacto que representaría el costo de las pensiones del régimen de 1973”.

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