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Excelsior

Humberto Musacchio

Un día y otro, Manlio Fabio Beltrones demuestra que sigue en la pelea y que en la cabeza le faltará copete, pero no ideas para mantenerse en la atención pública. Esta vez lanzó una propuesta que si bien escandalizó a los de enfrente e incluso a algunos de su propio partido, bien merece el aplauso de los contribuyentes.

Lo que propone el senador Beltrones es reducir el IVA de 16% que ahora se cobra a 12 por ciento. Por si alguien no lo sabe, es conveniente recordar que, salvo alimentos y medicinas, ese 16% de impuesto al valor agregado se carga a todo lo que pagamos, sea por la adquisición de mercancías o por la prestación de servicios. Dicho en corto, el IVA es un impuesto que nos encarece 16% todo lo que adquirimos.

El impuesto sobre la renta (ISR), el otro que debemos pagar los contribuyentes, no se cobra a las personas que perciben menos de cinco salarios mínimos, y a quienes ganan por encima de esa cantidad se les cobra de acuerdo con sus ingresos: mientras más reciben, más pagan, hasta un máximo de 28%, lo que a fin de cuentas también es injusto, pues si alguien percibe, digamos, 70 mil pesos mensuales, paga la misma tasa de ISR que Carlos Slim, que gana millones de pesos por minuto.

Pero si el ISR es injusto, queda por lo menos el consuelo de que es progresivo y de que no se carga a las personas de menores ingresos. Muy distinto es el caso del IVA, que se aplica y se cobra a rajatabla, lo mismo a pobres que a ricos, a pequeños que a grandes consumidores. Es un tributo que castiga más a los de abajo que a los de arriba, pues 16% resulta confiscatorio para los estratos de menos ingresos, pues no es lo mismo verse privado del 16% cuando se tienen grandes percepciones, que en el caso de aquella familias que emplean todo o casi todo en lo indispensable.

Sin embargo, la propuesta de Manlio Fabio fue recibida con reservas dentro de su propio partido, que ya se imagina en Palacio Nacional en diciembre del año próximo y no le agrada perder cuatro puntos de IVA. Por supuesto, quienes así piensan, si eso es pensar, creen que el tricolor la tiene segura y que volverá al poder presidencial entre fanfarrias y bendiciones. Pero se equivocan.

Para empezar, los resultados electorales de Guerrero y Baja California Sur ponen en duda que el PRI pueda triunfar el año próximo. Pero si el voto ciudadano le favoreciera, tendría que llegar con un plan de gobierno que le permita apaciguar el malestar social. Dicho de otra manera, habrá de actuar como bombero, pues la ineptitud del panismo les dejará un país ardiendo.

Por eso mismo, sorprende la ligereza con que la propuesta del senador sonorense ha sido recibida. El señor Ernesto Cordero Arroyo, quien cobra como secretario de Hacienda, declaró que la propuesta de Beltrones le parecía “bastante sexy”, lo que es un monumento a la frivolidad, pues no advierte las probables consecuencias de la medida, entre otras una reactivación de la economía que habrá de expresarse en mayor inversión, más empleo y más alta demanda, lo que puede desatar un círculo virtuoso.

Imposible saber lo que pasará con la propuesta de Beltrones. Lo que sí puede adelantarse es que la economía mexicana no saldrá del bache mientras la tecnocracia siga perrunamente fiel a las recetas del FMI y el panismo no entienda que para gobernar se requiere imaginación, creatividad. Beltrones apuesta por abandonar la inercia y pone sus cartas sobre la mesa. ¿Le entramos?

*Periodista y autor de Milenios de México