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DynaWare

Dorian Gómez

Regularmente cuando vemos algún anglicismo antecedido por una “E” pensamos en otro de los muchos procesos o actividades de la vida cotidiana que han sido incluídos en la ola electrónica, desgraciadamente no todas estas nuevas denominaciones son agradables o benéficas.

En esta ocasión hablaremos del llamado “e-waste”, el cual se ha convertido, a lo largo de las últimas décadas, en un verdadero dolor de cabeza que como sociedad no queremos ver. El e-waste se refiere a todo ese desperdicio generado por el desuso de productos electrónicos resultado del dinamismo del mercado, es decir crece casi al mismo ritmo con el que aparecen nuevas tecnologías al alcance del consumidor.

En la década pasada hablábamos de que un equipo de cómputo bien podía durar uno o dos años y mantener una vigencia respetable. Recuerdo que cuando empecé mi licenciatura junto con mis amigos, nuestros padres, a regañadientes, nos compraban una computadora portátil, mis amigos y yo decíamos: “¡No si esta laptop me aguantará toda la carrera!”, ¿pero qué tal ahora?, hoy día la obsolescencia alcanza, en tan sólo 6 meses, los equipos que compremos. Cada 3 meses podemos ver un modelo nuevo en los aparadores.

Esta acelerada oferta de dispositivos genera que tan sólo en los E.E.U.U anualmente se tiren 3 millones de equipos de cómputo, electrodomésticos, juguetes, entre otros artículos, y terminan en tiraderos como si el dejar un equipo fuera de nuestras casas o en el depósito más cercano iniciara un conjuro de desaparición.

Lo cierto es que estos millones de equipos terminan en países en vías de desarrollo, en donde sin ningún proceso eficiente ancianos y niños los desarman sin ninguna seguridad con el fin de rescatar metales preciosos o componentes reutilizables. En los E.E.U.U. solo el 20% de equipos electrónicos se queda en su territorio para reprocesarlo, mientras que el 80% restante se envía a otros países para su desecho.

Actualmente se calcula que en el mundo apenas el 35% de estos desperdicios reciben un trato ético y ecológico. Algunos países de la Unión Europea empiezan a evaluar la factibilidad de responsabilizar a los fabricantes del destino de sus productos aún cuando estos ya no sean útiles, obligando así a implementar programas de recuperación, reúso y reciclaje de productos electrónicos. En el mejor de los casos esto puede obligar a los fabricantes a buscar nuevos diseños que permitan reutilizar cada vez más los componentes originales.

Existen ya algunos programas que buscan reubicar equipos “obsoletos” en países en vías de desarrollo (Computer Aid International), atendiendo dos problemas, el de evitar que miles de equipos paren en cementerios tecnológicos y el acortar la brecha educativa entre estos países y los desarrollados. Se estima que el 99% de los alumnos en estos países terminan su educación sin haber usado o visto un equipo de cómputo en sus aulas.

Países más avanzados en este tema, como lo es Japón, ya legislan sobre el porcentaje que televisiones, aires acondicionados, lavadoras y refrigeradores entre otros aparatos deben poderse reciclar y se ha establecido el 50% como mínimo. Esto impacta la bolsa de los consumidores que tienen que pagar unos 35 euros más, que honestamente es un costo mínimo si pensamos en el beneficio que esto genera.

¿Y nosotros cuando?

Como mexicanos creo que es tiempo de que ya dejemos de creer en que los desperdicios desaparecen mágicamente sólo porque unos camiones rebosantes de personas y una campanita hacen su aparición por nuestras colonias.

Este es un problema real que necesita de todos nosotros, como consumidores y como ciudadanos. En la medida en que frenemos la alocada carrera del consumo por el consumo mismo y que al mismo tiempo “orientemos” a los fabricantes a diseñar nuevos productos que además de satisfacer nuestras necesidades tengan un impacto mucho menor o despreciable en el ambiente.

-* Dorian Gómez es egresado de la carrea de Ingeniería Industrial y de Sistemas del ITESM-CEM y maestro en Planeación y administración ambiental por dicho Instituto. Actualmente es Gerente de Soporte de DynaWare.


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