En las paredes de madera de la sala de juntas del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) hay 58 retratos de los ex presidentes del organismo. Todos hombres de mediana edad, la mayoría pintan canas.

“Un club de hombres, un club de Toby”, dice entre risas Leticia Hervert, taza de café en mano, al recordar esa sala.

El suyo será el retrato número 59. El primero de una mujer en 92 años de historia del organismo y el de la líder más joven que jamás haya presidido al organismo más grande e importante para contaduría pública en México.

Hervert tiene 45 años, de los cuales veinte ha estado afiliada al IMCP y ocupado diversos cargos en el organigrama del instituto y los diversos colegios estatales y regionales que lo conforman.

Contadora, abogada y maestra en derecho fiscal, la nueva líder de los contadores arrancó su carrera en Tamaulipas, donde aún reside, y desde ahí fue expandiendo su influencia a lo largo de los años a nivel nacional.

Durante años fue la única mujer en el Comité Nacional del IMCP y luego se convirtió en la primer mujer en ocupar la secretaría general del organismo en dos periodos distintos.

En 2014, Hervert decidió que era el momento de lanzar su candidatura para la vicepresidencia nacional, cargo que de acuerdo con las reglas del organismo se convierte en automático en presidencia al concluir el periodo del líder anterior.

Aunque en ningún momento antepone su género como un elemento que jugó en su contra durante su candidatura, sí reconoce que en muchas partes del País encontró rechazo y escepticismo, en el mejor de los casos.

“Lo que yo escuchaba que decían era: ‘no quiero que sea una mujer la presidenta del Instituto y menos esta mujer'”, relató.

La presidenta nacional del IMCP reconoce que su estilo, más directo y de confrontación que el de varios de sus antecesores, le ha generado enfrentamientos dentro y fuera de su ámbito laboral. Aún así, su plan de trabajo incluye como elemento central trasladar esa combatividad al organismo que por años se ha alejado de la confrontación.

Vestida con traje sastre oscuro y una bufanda para la fría mañana en Santa Fe, en la Ciudad de México, Hervert hace una confesión, que a su plantea el que para ella es un problema del IMCP.

“Desgraciadamente en el Instituto no hemos tenido mucha participación en la vida y la discusión política del País.

“Se han intentado acercamientos, pero en realidad no hay una relación con autoridades más allá de las fiscales de siempre”, dice.

Hervert ve al IMCP como una auténtica fuerza política que no ha aprovechado su potencial a plenitud y de inmediato hace números.

A nivel nacional, el organismo cuenta con 22 mil afiliados, sin embargo, son alrededor de 700 mil los contadores públicos en el País que sin pertenecer al IMCP siguen sus lineamientos o atienden a sus recomendaciones.

“Hemos hecho cálculos y creemos que en total son 1.5 millones de personas las que directa o indirectamente dependen de la contabilidad en México.

“Esos números no los tiene ni la CNOP o la CNC”, subrayó.

La intención del IMCP, detalló, es poder tocar puertas cada vez más elevadas en la Administración pública y hacerse oir, pues hasta el momento no han tenido el impacto esperado por ellos mismos.

El equipo de trabajo de Hervert confirmó que ya se han agendado reuniones con Ricardo Anaya, líder nacional del Partido Acción Nacional (PAN); Manlio Fabio Beltrones, líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y se trabaja para reunirse con otros partidos políticos.

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