Notimex. Banco de México prevé crecimiento económico de 5% con reformas. 31 de octubre de 2014
La economía mexicana logrará tasas de crecimiento cercanas a 5 por ciento hacia finales de 2018 con una buena aplicación de las reformas estructurales, anticipó el gobernador Banco de México (Banxico), Agustín Carstens.
Al dictar una conferencia magistral aquí en el último día de trabajos de la 91 Asamblea Convención del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), destacó que tras las debilidad de inicio de año, la economía nacional ha venido tomando ritmo y ya lleva tres trimestres con crecimientos “razonables”.
“Para el año que entra estamos esperando un crecimiento entre 3.2 y 4.2 por ciento, de hecho podría ser mayor si hay una implementación adecuada de las reformas estructurales”, agregó al proyectar tasas cercanas a 5 por ciento a finales de esta administración.
Calificó como “prudentes” y “realistas” los ajustes a la baja hechos por el Poder Legislativo al supuesto de precio de petróleo en la Ley de Ingresos para 2015, el cual quedó en 79 dólares por barril, pues da certidumbre de que no tendrá impacto sobre las finanzas públicas.
En entrevista posterior, explicó que el Banxico decidió hoy dejar en 3 por ciento la tasa de interés de referencia porque considera que continúan las condiciones para que la inflación pueda converger a 3 por ciento a mediados de 2015.
El banquero central resaltó que poco a poco la economía mexicana ha retomado su ritmo tras la desaceleración que presentó a inicios de esta administración, como reflejo de la atonía de la economía mundial, y ya lleva tres trimestres con crecimientos razonables.
“Pensamos que el crecimiento del tercer y cuarto trimestre será cercano al 1 por ciento trimestral y para el año que entra estamos esperando un crecimiento entre 3.2 y 4.2 por ciento, de hecho podría ser mayor si hay una implementación adecuada de las reformas estructurales”, añadió.
Precisó que simplemente por el ajuste cíclico de la actividad económica, el país crecería cerca de 3.5 por ciento, que es el crecimiento potencial actual de la economía mexicana, el cual calificó como “insatisfactorio”.
“Se tiene que elevar y ahí entran las reformas estructurales. Si las reformas estructurales se aplican bien, es muy probable que estemos creciendo a tasas cercanas al 5 por ciento”, afirmó al anticipar que este nivel se logrará hacia finales de 2018 si se aplican adecuadamente.
En su opinión, la clave para navegar por el débil entorno de crecimiento económico mundial, con potencial de inestabilidad financiera, es mantener las políticas macroeconómicas firmes y la disciplina fiscal, además de tener fortaleza en el sector externo.
Opinó que fueron “bastante prudentes” los ajustes que hizo el Congreso de la Unión al precio del petróleo como parte de la Ley de Ingresos para 2015, que de la propuesta inicial del Ejecutivo de 82 dólares por barril, fue ajustada a 81 dólares por los diputados y a 79 dólares por los senadores.
“Es un ajuste realista, la realidad es que el precio sí ha caído bastante, cayó bastante desde que se presentó la iniciativa, y también es un nivel que nos da bastante certidumbre de que no tendrá impacto sobre las finanzas públicas”, expresó.
Ello, abundó, debido a las coberturas petroleras que se han contratado desde hace ya algunos años, las cuales han limitado la vulnerabilidad de los ingresos públicos a la volatilidad en la cotización del crudo, así como por los recursos que tienen los fondos de estabilización.
Carstens comentó que la Junta de Gobierno del Banxico decidió dejar estable la tasa de interés de referencia, porque considera que continúan las condiciones para que la inflación pueda converger al 3 por ciento a mediados de 2015.
Proyectó que la inflación anual se ubicó en octubre de este año en un nivel de 4.3 por ciento y cerrará 2015 en 4.0 por ciento, para iniciar una rápida disminución que la llevará a ubicarse en 3.5 por ciento a mediados de 2015.
Esto, porque ya no habrá una nueva reforma tributaria que pudiera afectar los precios; las gasolinas se ajustarán en un nivel de 3.0 por ciento, según la inflación esperada y ya no en entre 10 y 12 por ciento como ocurrió en los últimos cuatro años por los llamados “gasolinazos”, y al impacto positivo de la reforma en telecomunicaciones en los precios de los servicios, explicó.
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