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El Universal, Cartera

Oscar González Escárcega

Las firmas consultoras alrededor del mundo sufrieron un duro golpe de confianza y credibilidad cuando Arthur Andersen Co. se vio envuelto en el escándalo de Enron a principios de la década pasada al ser acusado de “hacerse de la vista gorda” ante las entonces posibles prácticas fraudulentas de la compañía de energía.

Las prácticas de la consultora tuvieron consecuencias graves para ambas firmas y el tema quedó para la historia y como una lección de responsabilidad que contraen estos prestadores de servicios para con sus clientes.

Expertos entrevistados por EL UNIVERSAL, coinciden en señalar que el trabajo de las consultoras conlleva un alto compromiso, porque van de por medio sus nombres, sus ganancias y hasta su existencia.

Las empresas consultoras se encargan de servicios profesionales con experiencia o conocimiento específico en un área, que asesoran a firmas, grupos, países u organizaciones. Sus áreas de especialización son: contaduría, comunicación, calidad, servicios financieros, y tecnología.

Por su tamaño de clientes y servicios se considera que existen cuatro grandes firmas consultoras a nivel global denominadas precisamente de esa forma, las cuatro grandes ó “the big four” que son: Deloitte, PwC (antes PricewaterhouseCoopers), Ernst & Young; y KPMG-Peat & Marwick.

Algunas definiciones académicas según Ignacio González, titular del despacho de consultoría administrativa y estratégica del Parque Empresarial del Tec de Monterrey, Campus Santa Fe y socio de Limón, De la Llave y Asociados, establecen que una consultoría es el proceso para mejorar algo sin tener el control de la operación, las consultoras dice, se preocupan por atender y resolver los problemas de las empresas, avalar estados financieros etcétera “las firmas de consultoría funcionan con base en resultados, si la asesoría o el monitoreo es equivocada, obviamente afectan los resultados.

González agregó que hay tres motivos básicos por los que empresarios buscan consultorías son “uno de ellos es cuando los directivos saben que tienen un problema, está localizado y buscan a alguien especializado para resolverlo; el segundo es cuando no saben en dónde está la raíz del problema y buscan un consultor genérico para encontrar una solución; y el tercero es para mejorar, es para las empresas que están bien pero pueden y quieren estar mejor”.

La consultoría señalan los expertos, debe de ser un servicio independiente, un consultor debe hacer su propia evaluación, decir la verdad y recomendar con objetividad las medidas a adoptar. La independencia debe de ser también financiera, política y administrativa para evitar un conflicto de intereses.

Para Juan Manuel Ferrón de PwC, el área de consultoría busca dar soluciones a los problemas más importantes y críticos que tienen sus clientes “en PwC tenemos tres grandes divisiones, una que está especializada en mejora de procesos computacionales u operativos, otra división que abarca todo lo referente a la asesoría financiera la cual tiene a su cargo la evaluación de empresas, proyectos públicos y privados, cadena de transacciones, fusiones, adquisiciones, integraciones etcétera, y la última que atiende al mercado intermedio mexicano, ofrece fundamentalmente servicios de auditoría interna outsourcing de nóminas confidenciales y ve la parte de servicios a la empresa familiar así como todo lo relativo a estrategias para empresas medianas mexicanas”, subrayó el especialista.

Marcan diferencias con calificadoras

Los consultores marcan sustanciales diferencias con respecto a calificadoras y destacan su papel de “alta responsabilidad” que adquieren con sus clientes y con la sociedad, subrayan que no son opiniones sin compromiso, sino que va de por medio la propia consultora.

Javier Romero de Deloitte, sostiene que hay funciones en los que la responsabilidad es completa y absolutamente de ellos, “en las auditorías, la gente de Deloitte es la que revisa los estados financieros y da su opinión sobre la validez de que estos representan la realidad de la empresa”.

Dijo que es una opinión formal y vinculante, se han dado casos importantes de responsabilidades si ocultan información o si no se revela información de manera correcta como fue el caso de Arthur Andersen con Enron en Estados Unidos y fue a raíz de eso que se creó un organismo supervisor, el Public Company Accounting Oversight Board (PCAOB, por sus siglas en inglés), que supervisa el trabajo de las auditoras y que puede sancionarlas a ella como a quien contrató sus servicios.

“En lo que se refiere a consultorías, el compromiso es lo que conocemos como llave en mano o por demanda”, destacó el especialista.

Mercado nacional escaso

Con 13 años en el mercado, PwC México tuvo un crecimiento vertiginoso en la industria de la consultoría, dentro de los primeros siete; en 2009 y 2010 cayó en un bache pero se recuperó para cerrar ese mismo año con una ganancia aproximada de 30%, según reportó Juan Manuel Ferrón.

Argumenta que en México aún no está arraigada la cultura para contratar servicios de consultoría “se vio sumamente afectada en el pico de la anterior crisis”, cuando muchos de los empresarios pararon sus proyectos y actividades, contrario a lo que hicieron los asiáticos y los estadounidenses.

Javier Romero de Deloitte, dijo que en México el negocio de la consultoría es bajo, comparándolo con el porcentaje del PIB en otros países o economías avanzadas “falta mucho camino que recorrer, inclusive si nos comparamos con Brasil, falta mucho conocimiento entre empresarios sobre cuales son los beneficios de contar con un experto para apoyar en proyectos”, señaló.

La radiografía del mercado

Con oficinas en cada una de las siete principales economías que tienen relación con México, PwC da servicio a todos los sectores particularmente al financiero, gobierno, detallista, telecomunicaciones y tecnología.

“En México —explicó Juan Manuel Ferrón—, formamos parte de los tres principales jugadores. Si hablamos de la parte de procesos estamos junto a Deloitte y si hablamos de la parte de tecnología nos acompaña Accenture”.

Señaló que en estos tiempos difíciles es imprescindible para las empresas globales, pero particularmente para las mexicanas acercarse a las consultoras. “Si hablamos de la empresa nacional mediana mexicana, tiene que pensar en asociarse estratégicamente con otras firmas ya sea proveedoras, distribuidoras o incluso con su misma competencia para lograr muchos clusters de especialización. Mantener una batalla en un entorno tan negativo”.

Javier Romero de Deloitte explica, “somos una firma de servicios profesionales, a nivel mundial contamos con 182 mil personas trabajando, operamos en más de 140 países y damos servicios integrados en cinco áreas importantes de la industria”.

Apuesta en las redes sociales

Una pequeña consultora mexicana está poniendo el ejemplo en cuanto al futuro de la industria en las redes sociales, se trata de Blugroup Consulting. Creó un sistema capaz de monitorear las principales redes, procesar la información y transformarla en decisiones.

Horacio Frausto, director de Blugroup Consulting, asegura que el movimiento de los indignados en España se hubiera podido detectar con mucha anticipación si alguien hubiera dicho al gobierno de aquél país el sentimiento de Twitter y Facebook.

“El sistema lo que hace es aprender caracteres lingüísticos que los va definiendo y almacenando, una vez procesado les da un sentimiento, que va a decir si se está hablando bien, mal o sólo se está comentando el punto, uno de nuestros ingenieros está en pláticas para manejar las redes sociales de la liga de futbol americano en Estados Unidos (la NFL), ese es el futuro de las consultoras, más allá de lo que ya hacen”, concluyó Frausto.