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El Financiero, Finanzas

Jeanette Leyva Reus

La resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de validar el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) hace que México continúe sin una verdadera estrategia fiscal y se mantenga con un alto grado de incertidumbre jurídica, debido a los constantes cambios al régimen tributario.

Así, la decisión de la SCJN de declarar constitucional el IETU obligará a las 40 mil empresas que buscaron ampararse contra ese gravamen valorar y analizar de forma particular los efectos financieros que tendrán en el futuro, por lo que la afectación dependerá de la estructura de cada compañía, indicó Francisco Macías, coordinador del Premio Internacional de Investigación Financiera IMEF-Deloitte 2009.

Para Gustavo Rodarte, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), es necesario que se reduzca y simplifique el esquema fiscal mexicano, y que se trabaje en una verdadera reforma fiscal que dé certeza jurídica a los inversionistas, pues cada año se cambian los impuestos, las tasas o se crean gravámenes, lo que afecta la atracción de nuevas inversiones.

En su opinión, la validación de la SCJN de no permitir la deducción de sueldos y salarios es “absurda”, ya que son erogaciones que hacen las empresas para operar.

Por eso, insistió en que se debe trabajar en una reforma fiscal que incluya sólo el pago del ISR o el IETU, así como la aplicación del IVA en alimentos, dejando al igual que en Colombia una canasta básica de 200 o 300 alimentos exentos del pago de cualquier contribución fiscal.

Para Macías Valadez-Treviño, no se puede predecir una disminución de la inversión privada por la decisión de la SCJN de declarar constitucional el IETU, pues el impacto en cada empresa será muy particular.

El también vicepresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos estimó que cada empresa tendrá que enfrentar un problema diferente.

“Pero no podemos decir que, como ya lo validaron, habrá una disminución de las inversiones o de los empleos, pues cada compañía analizará el efecto del IETU y tratará de solventarlo para que el impacto sea mínimo.”

Al respecto, Rodarte de la Serna señaló que debe establecerse un verdadero orden del sistema tributario, pues cada dos años nacen gravámenes o aumentan las tasas de los impuestos y las empresas no saben a qué se enfrentarán, “ése es el gran temor por el que no invierten en México”.

Más inversión

En conferencia de prensa para dar a conocer el Premio Internacional IMEF-Deloitte 2010, Gustavo Rodarte pidió que se cumpla con lo establecido en el artículo noveno de la Ley de Ciencia y Tecnología, que dicta que se debe invertir al menos 1 por ciento del PIB en ese rubro.

Sin embargo, en México el año pasado se destinó únicamente 43 mil 529 millones de pesos, equivalente a 0.33 por ciento del PIB.

El retroceso en la inversión en ciencia, tecnología e innovación se explica porque el país ha descendido en la clasificación de competitividad , al pasar del lugar 38 en 2000 al 69 en 2009, criticó.


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