El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), propuso reducir gradualmente el Impuesto Sobre la Renta (ISR) para incentivar la inversión de las empresas y el empleo, y con ello hacer frente a un panorama de menor crecimiento económico nacional y global.

“Para activar la economía mexicana se necesitan cambios en materia tributaria para llegar a una verdadera reforma fiscal integral y mejorar la ejecución del gasto público”, expresó el vicepresidente del organismo, José Luis García Ramírez.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Análisis Económico del IMCP, Ernesto O’Farrill, mencionó que las reformas no sirven de mucho si no hay condiciones favorables para fomentar la inversión y el empleo.

Recordó que la tasa de ISR empresarial es de máximo 30 por ciento y de 33 a 35 para las personas físicas, el cual se aplica sobre los ingresos de los contribuyentes.

Con estas tasas que paga la mayoría de las empresas, excluyendo las del sector energético, no pueden deducir aceleradamente sus inversiones, ni el total de las prestaciones a la mano de obra, mencionó O’Farrill.

Por lo que en un entorno de débil crecimiento económico y bajas inversiones por los recortes presupuestales, “esta puede ser la fórmula correcta para solucionar la ecuación de menores ingresos presupuestarios”.

En conferencia de prensa, el gremio de los contadores explicaron que dicha fórmula la propuso el ministro de finanzas del Reino Unido, George Osborne, la cual plantea reducir la tasa de ISR del 20 al 15 por ciento, para incentivar la inversión y el empleo ante las consecuencias por la salida de la Unión Europea y con ello, enfrentar una posible recesión.

O’Farrill sostuvo que el gasto en México se reducido principalmente en el rubro de gasto de inversión pública, con una contracción de 18 por ciento, de ahí que al tener a la inversión privada como uno de los principales motores de crecimiento económico, se debe mejorar la competitividad fiscal, con una reducción gradual del ISR.

Al hacer un balance sobre la economía, el analista comentó que si bien se observa un crecimiento en el sector del consumo, donde las ventas de autos crecieron 19 por ciento, y en las tiendas de autoservicios reportaron alzas 2.7 por ciento anual en mayo, son cifras que “contrastan con lo que se siente en la calle.

Lo anterior, por que los negocios pequeños se quejan de que no hay dinero, y las ventas van a la baja. En tanto, un panorama más negativo se vislumbra en los indicadores de difusión más recientes, que anticipan una menor trayectoria en la industria manufacturera.

Para el economista, el problema radica en la parte fiscal por los recortes al gasto, y en el retraso del pago a proveedores del sector público, pues Pemex, aún presenta un retraso de pago a proveedores de más de 50 mil millones de pesos, así como distintos gobiernos estatales.

“Pegarle más al crecimiento puede ser contraproducente. Esto puede llevarnos a un círculo vicioso de menor recaudación, menor empleo, menor crecimiento, mayor déficit fiscal, necesidad de mayores recortes”, advirtió.

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