Un México Competitivo en la Nueva Economía del Conocimiento
Un México Competitivo en la Nueva Economía del Conocimiento
por Xavier López Jurado
La competitividad de México puede mejorarse basando su economía en el conocimiento y apoyándose en la aplicación de Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC). En el estudio “Visión México 2020: políticas públicas en materia de Tecnologías de Información y Comunicaciones para impulsar la competitividad de México”, publicado en el 2006 y elaborado por la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de la Información (AMITI), la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones e Informática (CANIETI) y la Fundación México Digital (FMD), se realiza un análisis de los factores de competitividad, innovación y TIC que permitirán un desarrollo íntegro de la nación mexicana.
Actualmente el crecimiento económico de los países emergentes está relacionado con la competitividad e innovación. Para ser más competitivos se necesita una mayor inversión, dado que sin capital suficiente los recursos destinados para la investigación y desarrollo son pocos, disminuyendo así la innovación en los productos y procesos. Es por esta carencia de inversión que las economías de los países emergentes deben de basar su ventaja competitiva en la innovación, impulsada por ideas y no por tecnología, en los modelos de negocio. Acertadamente el estudio “Visión México 2010” menciona que las TIC deben ser una plataforma para el éxito y un medio para el desarrollo de la productividad. No se trata de aplicarlas por capricho ni por creer que es la solución mágica para mejorar la calidad de vida de los países sino de ver cómo las TIC pueden ayudar a reducir costos para así atraer inversión y ser más competitivos.
Según Julio Castillo López en su artículo “La Economía del Conocimiento”, la Economía con base en el conocimiento incluye el concepto tradicional de economía aunado a dos factores importantes que son la información y la tecnología. Existen entonces cuatro aspectos para evaluar la situación de una República: el sistema educativo, el régimen económico e institucional, el sistema e innovación y la infraestructura de la información. Castillo recopila unos datos alarmantes de México en los cuales nos muestra que por cada cien mil habitantes; hay menos de un investigador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), se publican menos de un artículo científico y se registra menos de una patente.
El trabajo de hacer más competitivo a México no es sólo responsabilidad de un sector en particular, sino de la unión de los gobiernos, de la academia, del sector empresarial y de la industria. Tal como lo indica la iniciativa de la AMITI, la CANIETI y de la FMD, se debe construir una agenda digital que incluya a las diversas áreas anteriormente mencionadas.
Un punto importante que debe ser parte de esa agenda digital es el refuerzo del marco jurídico; las empresas no quieren invertir en un país que no les provea garantías constitucionales para realizar una inversión segura. La impunidad ha debilitado la confianza del pueblo y de las empresas en los poderes del Estado, ahuyentando así la inversión. Casos como el reportado por María de la Luz González en El Universal acerca de la venta ilícita de bases de datos con información personal confidencial de ciudadanos, entidades de gobierno y empresas privadas agravan más la situación, aumentando la desconfianza de los inversionistas nacionales e internacionales. Esta clase de problemas reflejan que las TIC deben ser usadas con cautela y que se deben utilizar mejores prácticas, siguiendo modelos de ejecución probados para no cometer errores como la fuga de información.
En cuestión de educación es esencial que se mejore la calidad y que se aumente la cantidad de instituciones educativas. Además se deben crear estrategias para promover el estudio de nivel superior ya que actualmente el índice de la población con estudios universitarios es menor al 26% según Castillo.
Otro de los mayores males que repercute en la economía mexicana es que la brecha digital interna es muy grande, lo que demuestra que hace falta una política de estado más fuerte y efectiva para disminuir la desigualdad digital. La penetración de las TIC, especialmente de Internet, es baja en zonas rurales y su adopción es desequilibrada en los estados. También existe el prejuicio de los empresarios que creen que las tecnologías tienen un valor poco práctico y de baja utilidad, por lo que casi no se invierte en TIC. Asimismo, la utilización de medios de pago por Internet es baja y se debe promover más el uso de portales en línea para realizar trámites.
El estudio analizado propone que México esté totalmente conectado mediante el uso de TIC que generen valor al ciudadano y a las instituciones. Además, se ambiciona un país en el cual la gente participe activamente en la toma de decisiones económicas, políticas, sociales y culturales gracias a la facilidad que proponen las TIC. Si lo anterior se cumple, afirman que la tasa de crecimiento promedio de la inversión por población económicamente activa (PEA) resultaría en un 5 por ciento por año, logrando que el producto interno bruto (PIB) mexicano duplique al indicador actual.
Según el índice de Economía del Conocimiento del Banco Mundial, Finlandia alcanzó un índice de innovación que lo posicionó en el top ten de países más competitivos del mundo gracias a una política de desarrollo tecnológico y de innovación. Finlandia se transformó. Pasó de tener una pequeña y pobre economía con base en los recursos naturales, a tener una ejemplar y envidiable economía basada en el conocimiento.
México podría alcanzar un gran nivel de desarrollo al fundamentar su economía en el conocimiento y al vincular al sector público, la academia, el sector privado y la sociedad civil en la búsqueda de la competitividad del país, mediante procesos soportados por Tecnologías de Información y Comunicaciones, para sobresalir en un mercado global. De nada serviría una fuerte inversión para comprar equipo tecnológico del “estado del arte” si en las universidades no se preparan profesionales capaces de manejarlas, así como tampoco tiene sentido implementar soluciones de TI que no optimicen costos sino que encarezcan los productos y hagan más complejos los procesos. Por razones como las previamente mencionadas es forzoso que todos los sectores del país estén conscientes que la responsabilidad es compartida. Sólo así habrá un gran mañana.
Fuentes de Información
AMITI, CANIETI, FMD. (2006). Visión México 2020: políticas públicas en materia de Tecnologías de Información y Comunicaciones para impulsar la competitividad de México. Recuperado el 17 de octubre de 2010, de
Castillo, J. (2006). La Economía del conocimiento. Recuperado el 17 de octubre de 2010, de http://alturl.com/3eicc->http://alturl.com/3eicc
González, M. (2010, 19 de abril). Tepito vende bases de datos oficiales. El Universal. Recuperado el 17 de octubre de 2010, de http://alturl.com/ztw6xl->http://alturl.com/ztw6xl
Programa de Cooperación Técnica No Reembolsable (2009): Fortalecimiento a las capacidades de creación de políticas para la Innovación Tecnológica y la competitividad en Guatemala y Panamá. Banco Interamericano de Desarrollo. Recuperado el 22 de octubre de 2010, de http://alturl.com/9jggy->http://alturl.com/9jggy
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*Xavier López Jurado es estudiante de último semestre de la Licenciatura en Administración de Tecnologías de Información en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Estado de México. Actualmente colabora en el área de Soporte de TI en DynaWare.
xavier.lopez@dynaware.com-> xavier.lopez@dynaware.com