La contaduría pública organizada señaló que para reactivar la economía mexicana se necesitan cambios en materia tributaria para llegar a una verdadera reforma fiscal integral, así como mejorar la ejecución del gasto público.

El vicepresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), José Luis García Ramírez, especificó que no todas las reformas estructurales tienen efectos positivos para el desempeño económico del país.

El vicepresidente fiscal, Luis Sánchez Galguera, consideró que la reforma hacendaria “quedó a deber” para llegar a ser una reforma fiscal integral.

El presidente de la Comisión de Análisis Económica del IMCP, Ernesto O’ Farrill Santoscoy, puntualizó que para cumplir el Acuerdo de Certidumbre Tributaria de no crear o subir los impuestos y al mismo tiempo evitar una desaceleración económica, mantener en equilibrio las finanzas públicas y contar con un superávit primario, “lo que vemos factible es ir bajando la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR). El Reino Unido después del Brexit plantea bajar de golpe 5 por ciento el ISR para captar inversiones y generar empleo”.

También se debería de aumentar la deducibilidad de las prestaciones al 100 por ciento para incentivar la generación de empleo, especificó O´Farril Santoscoy.

Estas medidas deben estar acompañadas con una mejor aplicación del gasto público, es decir, “que no se gaste menos, sino que se gaste mejor”, especificó el vicepresidente del IMCP, al considerar que la promulgación de las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).

Agregó que otro avance es la revisión de la cuenta pública del año corriente, y ya no tener que esperar dos años como se hacía antes de los cambios legislativos promulgados esta semana. También se tiene por vez primera una fiscalización de las participaciones federales que reciben las entidades federativas.

García Ramírez señaló que este avance en contra de la corrupción es necesario en el país, ya que de acuerdo a estadísticas de Transparencia Internacional tiene un costo de 341 mil millones de pesos, un 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Indicó que el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) la corrupción, inseguridad e ineficiencia burocracia. “Es evidente que un país corrupto genera incertidumbre para los negocios, aleja la inversión en el mediano y largo plazos, afecta seriamente el desarrollo económico y social del país”.

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