Fernando Campuzano*, El Universal

Existen 5.5 millones de contribuyentes (personas físicas y morales) que deben estar adscritos a la facturación electrónica este año, y según cifras del SAT al 31 de enero del 2012, tan sólo 565 mil 656 de ellos lo han implementado, a pesar de que todo parece indicar que no habrá prórroga por parte de las autoridades hacendarias.

El concepto de factura electrónica y la forma en la que trabaja ha sido un tema muy difundido por nuestras autoridades en los últimos años. De hecho, durante 2010, el Servicio de Administración Tributaria emprendió una campaña para dar a conocer que a partir del 1 de enero del 2011, todas las empresas con ingresos superiores a 4 millones de pesos anuales deberían adoptar este modelo; pero con el afán de facilitar el proceso, el organismo permitió que los contribuyentes pudieran continuar usando los comprobantes tradicionales hasta agotarlos o hasta su vencimiento, lo que ocurriera primero.

Esta facilidad ha sido confundida como una prórroga, ya que una gran parte de los contribuyentes se apresuraron a imprimir comprobantes en papel durante el último trimestre de 2010, y por lo tanto, planean incorporar los comprobantes fiscales digitales por internet (CFDIs) a su
operación hacia el término de este año.

Ahora bien, los invito a hacer una reflexión: existen 5.5 millones de contribuyentes que deben usar la facturación electrónica, y según cifras del SAT al 31 de enero del 2012, tan sólo 565 mil 656 de ellos lo han implementado. Esto significa que en ese entonces aún restaban 4 millones 934 mil 344 que tenían pendiente la tarea; por lo que considerando los días que quedaban por transcurrir a partir de esa fecha, 14 mil 729 contribuyentes deberían haberse integrado al modelo en forma diaria.

Esto evidentemente no está sucediendo, por lo que este último número crece día con día y es muy probable que en el cuarto trimestre del año sea imposible para los Proveedores Autorizados Certificadores (PACs) atender la demanda acumulada. La adopción es obligatoria y trae consigo beneficios económicos, operativos y de control interno que podrá identificar de inmediato por lo que le recomiendo no dejarlo para el final y garantizar la continuidad de su facturación. Es posible que usted piense que habrá una prórroga y lo único que puedo decirle al respecto es que desde que inició la vigencia de la legislación correspondiente han habido dos eventos similares con fechas fatales: una con respecto a la desaparición de los autoimpresores y que involucraba a los grandes generadores de facturas en el país; y la segunda, acerca de la discontinuidad de los impresores autorizados; en ambos casos no hubo prórroga. Usted decide.

*El autor es director general de Techsite, empresa especializada en facturación electrónica y servicios de cómputo en la nube.