EL IMCP COMUNICA | EL IMCP Y EL MUNDO FINANCIERO / Efectos en México por la llegada de IFRS
C.P.C. Alejandro Morán Sámano
El 27 de enero de 2009, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) publicó las adecuaciones regulatorias que establecen el requerimiento a las emisoras nacionales de elaborar y divulgar su información financiera, con base en las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS, por sus siglas en inglés) a partir del ejercicio de 2012.
Desde entonces, las emisoras han estado trabajando arduamente para cumplir con los nuevos requerimientos del regulador, efectuando el proceso de conversión de su información financiera para que cumplan con las IFRS. Este año que termina, será el primer ejercicio en que el público verá la información de las emisoras preparada bajo IFRS. Las emisoras que presentarán sus estados financieros anuales bajo IFRS sobre el ejercicio 2012, lo harán a más tardar en abril de 2013; sin embargo, las compañías ya nos han revelado información sobre algunos impactos que la conversión a IFRS trajo consigo en sus estados financieros, por medio de la información trimestral que se ha presentado durante 2012.
Analizando la información financiera publicada hasta ahora por las emisoras, se puede advertir que, mientras que algunas emisoras no tuvieron impactos significativos en el valor de sus activos netos, otras vieron reflejados incrementos y otras tantas sufrieron disminuciones en sus activos netos. Tampoco el impacto en los resultados del ejercicio de cada una de estas emisoras se espera que sea uniforme entre las emisoras. En algunas emisoras la conversión a IFRS resultó favorable, en tanto que en algunas otras resultó desfavorable en el reporte de sus resultados.
Los impactos resultantes del ejercicio de convertir a IFRS varía dependiendo de la industria, de las prácticas contables que cada emisora tenía bajo la normatividad mexicana y también de las decisiones tomadas al inicio del proceso de conversión sobre las alternativas de medición de algunos activos y pasivos. Los impactos que con mayor frecuencia han divulgado las emisoras provienen de los cambios en la contabilización de algunos beneficios a empleados, pero sobre todo, en la valuación de la propiedad, planta y equipo donde se encontraron muchos factores determinantes para que el valor de los activos netos de las emisoras se viera incrementado o disminuido.
Uno de los temas que generalmente se asocia a la utilización de IFRS, es el uso del llamado “valor razonable” para medir el valor de algunos activos y pasivos en las compañías. ¿Qué efecto traerá consigo el “valor razonable” en la interpretación de la información financiera por parte de inversionistas y analistas? ¿Traerá el “valor razonable” consigo volatilidad en los indicadores de desempeño de las emisoras y, en consecuencia, en los mercados de valores? Creo que la realidad es que el uso de “valor razonable” o de mercado no es en la práctica mucho mayor que el uso que se le da al mismo en las normas mexicanas o americanas de contabilidad.
Me parece que es un hecho que la controversia alrededor del uso del “valor razonable”, se ha tratado de compensar a través de la divulgación de información por medio de las notas de los estados financieros, cuya preparación es ahora la tarea que ocupa a las emisoras que en unos meses estarán, por primera vez, reportando estados financieros bajo IFRS. Los estados financieros de las emisoras mexicanas crecerán notablemente en el número de páginas con información financiera disponible, ya que en las notas a los estados financieros se mostrará, ahora, mucho mayor detalle con respecto a los riesgos crediticios, financieros y de liquidez que las emisoras enfrentan en sus actividades, así como información sobre los elementos y variables que las compañías toman en consideración para efectuar sus estimaciones sobre dichos riesgos y sobre la determinación del “valor razonable” de sus partidas, entre otras estimaciones contables. Los analistas e inversionistas tendrán, por medio de toda esta información, muchos elementos que le permitan formular su propio juicio en torno a la información financiera preparada por cada compañía.