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C.P.C. Armando Nuricumbo Ramírez
Vicepresidente del Sector Empresas del IMCP

Sin lugar a dudas, hay razones para sentirnos optimistas de cara hacia el año 2014. El conjunto total de reformas estructurales aprobadas en los últimos 18 a 24 meses tiene el potencial de colocar a nuestro país en el carril de alta velocidad. Estas reformas ocurren, precisamente, mientras algunos otros factores continúan alineándose a favor de México: una recuperación más sólida en EE.UU., costos de producción cada vez más altos en China, renovación de la plataforma manufacturera de Norteamérica, reconocimiento de nuestra estabilidad macroeconómica de los últimos 20 años y mayor liquidez y confianza en los mercados financieros internacionales.

El año 2013 no fue favorable para los mercados emergentes, ya que mientras los índices Dow Jones y S&P 500 acumularon ganancias cercanas al 30%, el índice MSCI de los mercados emergentes disminuyó más de 10%. Sin embargo, anticipamos que los mercados internacionales podrían hacer una clara diferenciación en el caso de México durante este año, principalmente, porque tenemos una economía altamente correlacionada con EE.UU. -quienes están en franca recuperación-, acabamos de obtener una mejora en la calificación de nuestra deuda y estamos en proceso de implementar este ambicioso programa de reformas estructurales.

Es muy probable que en este año veamos como dos reformas específicas: la financiera y la energética, las cuales se convertirán en verdaderos detonadores del potencial de nuestro país. En el caso de la reforma financiera, es muy importante que el Estado establezca condiciones que alienten, verdaderamente, la competencia en el sector, de manera que haya más crédito a mejor costo. También será fundamental que las instituciones financieras establezcan procesos robustos en donde se origine el crédito que les permita crecer sus portafolios con responsabilidad y sin poner en riesgo a nuestro sistema financiero en el futuro.

En el caso de la reforma energética, será crucial que el Poder Legislativo realice un trabajo responsable en la redacción de las leyes secundarias, de manera que se respete, efectivamente, el principio de transparencia en el otorgamiento de contratos. Sería imperdonable que, como resultado de la reforma energética, veamos el surgimiento de un nuevo monopolio, aunque ahora privado.

La reforma más importante en el largo plazo es, sin duda, la reforma educativa. Gran parte de nuestros problemas de desigualdad y pobreza tienen su origen ahí. Nos debe quedar muy claro que ninguna otra reforma funcionará -y nuestro país jamás dejará de ser un país profundamente desigual- mientras no cerremos la brecha educativa. De nada servirá traer más empresas o más inversión extranjera si no hay mexicanos suficientemente capacitados para tomar esos empleos. Una educación mediocre hará que muchos de esos nuevos empleos queden en manos de extranjeros. En ese sentido, no podemos culpar a nadie más que a nosotros mismos y a nuestra incapacidad para corregir a fondo nuestro sistema educativo. La falta de educación de calidad ha condenado a la pobreza a millones de mexicanos.

Quedan grandes reformas por hacer y una fundamental es la reforma contra la corrupción y la impunidad. De nada nos servirá ser una potencia económica si la injusticia social nos sigue definiendo como país. De nada nos servirá atraer billones de dólares al año en inversión extranjera si el beneficio se queda en manos de unos cuantos. El camino hacia una sociedad verdaderamente desarrollada pasa por la transparencia, la justicia y el castigo ejemplar a los corruptos. Necesitamos sistemas que den incentivos tangibles a los ciudadanos que respetan el estado de derecho y que castiguen, puntualmente, a aquellos que no lo hacen. Ojalá que veamos reformas en este sentido del mismo calibre que las otras reformas estructurales.

En el aspecto de confianza económica, nuestro Índice Mexicano de Confianza Económica (IMCE) confirma que ha habido un repunte significativo en la economía de nuestro país a partir del último trimestre de 2013. Esperamos que esto sea el principio de una recuperación económica sostenida. En el Instituto Mexicano de Contadores Públicos deseamos que este 2014 sea un año de mucho éxito para México, para sus empresas y para todos los mexicanos.

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