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El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) consideró necesario modernizar el sistema aduanero mexicano en el marco de una reforma fiscal integral, por lo que propuso cambios en las funciones que hoy realiza la Administración General de Aduanas “en una dependencia fuera del SAT”.

Asimismo, implementar un sistema aduanero que permita sobrellevar el reto de la facilitación en esta materia, hoy “aparentemente encontrada contra la fiscalización”.

El integrante de la Comisión de Comercio Internacional del IMCP, Fernando Ramos, recordó que la Administración General de Aduanas es una entidad dependiente del Servicio de Administración Tributaria (SAT), lo cual debería cambiar de acuerdo con una serie de estudios.

Ello, con el propósito de modernizar esta tarea y dar un enfoque que no esté centrado sólo en recaudar, porque “finalmente la función del SAT es recaudar, pero no es el único propósito de las aduanas, por ello la importancia de reforzar las actividades alternas y adicionales que las aduanas tienen”.

Explicó que significaría dejar de ver a las aduanas como una institución que aporta recursos económicos al recaudar el IVA y el impuesto general de importación, para convertirse en un mecanismo de apoyo a los importadores y exportadores mexicanos.

Lo anterior, continuó, en armonía con los acuerdos internacionales que México ha suscrito para eliminar las barreras comerciales y propiciar el libre intercambio de bienes entre naciones.

Dijo que las aduanas a nivel internacional se fortalecen de personal que, por un lado, busca facilitar el comercio, pero al mismo tiempo pretende manejar operaciones aduaneras seguras, bajo los esquemas de Operador Económico Autorizado en Europa o el mecanismo del C-TPAT en Estados Unidos, a lo que México no puede estar ajeno.

La citada comisión del IMCP sugiere la creación de esquemas de trabajo que aseguren los beneficios de los programas de fomento a la exportación y los de diferimiento de aranceles que concede el fisco federal, entre los que se encuentra mayor agilidad en la liberación de mercancías y regularización de excedentes no declarados.

“Consideramos que no se puede hablar de una reforma estructural sin abordar los efectos fiscales que producen las operaciones de comercio exterior en los contribuyentes y en la economía del país, por lo que se requiere un nuevo enfoque en su administración y en la política arancelaria”, expuso el especialista.

Se requiere dotar al personal de las aduanas de instrumentos que les permitan identificar riesgos y con base en esa investigación, enfocar las auditorías para los importadores o exportadores que sistemáticamente realizan fraudes aduaneros y no generalizar los programas de fiscalización.

Para el representante del IMCP, ese tipo de programas entorpecen las actividades de los contribuyentes establecidos que están al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.

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