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Fiscal

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El Financiero, P4-Finanzas

Clara Zepeda Hurtado

Ante la incapacidad de México para elevar su recaudación de impuestos, el próximo año el gobierno mantendrá la disciplina fiscal con mayores recortes al gasto, pero sacrificando el crecimiento económico.

En la antesala de la Novena Conferencia Anual de Moody’s 2009, a celebrarse el miércoles, Alberto Jones Tamayo, director general de la calificadora internacional en México, apuntó que para la firma de riesgo soberano es importante el “peculiar” mecanismo que tiene nuestra economía para reducir el gasto si los ingresos disminuyen, para mantener su disciplina fiscal, que es de suma importancia para no descender la calidad crediticia del país, que está en Baa1.

El hecho de que haya una incapacidad de elevar el gasto del gobierno mediante una mayor recaudación tiene comprometido el crecimiento económico de México, indicó el directivo, pues ser disciplinados fiscalmente cada vez acota de mayor manera el aumento de la tasa del Producto Interno Bruto (PIB).

“El crecimiento económico potencial de México, de 3.0 por ciento, es pobre; el histórico es mediocre, por no hablar de este año, que es dramáticamente malo.

“Pero el avance potencial no conduce a una mejora en el nivel de vida de los ciudadanos; necesita una tasa más elevada para dar desarrollo económico”, dijo.

Si bien, matizó, no es un elemento importante para evaluar un país, en el largo plazo sí puede afectar la calificación crediticia, pues hay países que se están fortaleciendo, que están haciendo reformas y, si se comparan con México, por ejemplo, no estaría al rango de esas economías y se necesitaría bajarla.

Ante este contexto, Jones Tamayo señaló que para bajarle la calificación a México, sin perder el grado de inversión, se necesitaría registrar un deterioro en el consenso político respecto a que se mantenga la disciplina fiscal.

Aunque haya consenso de mantener la disciplina fiscal, si hubiera dificultades para que se pongan de acuerdo en cómo disminuir o ajustar el gasto del gobierno en el contexto de un crecimiento muy débil, también se reconsideraría si se baja la calificación.

“También puede subir, pero hoy creemos que es estable, ni para arriba, ni para abajo”, reiteró.

Como mide Moody’s el déficit fiscal, este año sería de 2.9 por ciento, más del doble de 2008, mientras en 2010 habría una cifra similar.

Situación “apremiante”

A pesar de que Moody’s reafirmó la perspectiva de estabilidad de la calificación de riesgo soberano de México hace unas semanas, Jones Tamayo consideró que en la medida que no se amplíen y se diversifiquen los ingresos del gobierno federal, nuestro país se encontrará en una situación “apremiante”.

“Esta incapacidad de tener una fuente de ingresos más amplia y diversa, que en la medida que esto se siga demorando, van a ir ganando las necesidades apremiantes de México”, alertó en entrevista con EL FINANCIERO.

Con el actual panorama económico-financiero, los problemas estructurales de nuestro país se agravaron y se puso de manifiesto la crónica incapacidad de tener una mejor recaudación tributaria.

Jones Tamayo aclaró que el riesgo de crédito asociado con la deuda del gobierno mexicano va a continuar estable en el tiempo actual, pues esa estimación parte desde la premisa que “México no va a registrar ningún cambio, que va a seguir recaudando bajo el mismo esquema y que la clave es que el gobierno federal va a reducir el gasto, tanto sea necesario para no incurrir en un déficit fiscal desordenado.”

Si el Ejecutivo y el Legislativo lograran una reforma fiscal, primero Moody’s la estudiaría para ver sus alcances, luego haría un pronunciamiento, pero “hoy en día no vemos que eso vaya a ocurrir. A México lo seguimos viendo igual”, aseveró.