Aumentó la pobreza: ONU
La crónica de Hoy, Negocios
Lindsay H. Esquivel
A pesar de que el gobierno federal y el secretario de Hacienda Ernesto Cordero insisten en que la economía está “en franca recuperación” y que México “ya no es un país de pobres”, la realidad es que el país se mantiene en el quinto lugar, en América Latina, en desigualdad de ingresos.
En su Informe sobre Desarrollo Humano 2011, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destacó que la capacidad de llegar al 20 por ciento de la población con menos ingresos se ha deteriorado significativamente en años recientes, donde el programa Oportunidades pasó de enfocar sus recursos, de 70 a 48%; el programa de empleo temporal de 66 a 42% y el de despensas de 50 a 39%.
A lo anterior se añade el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política y Desarrollo Social (Coneval), el cual señala que entre el primer trimestre de 2005 y el primer trimestre de 2011 aumentó en 16% la población que no podía comprar la canasta alimenticia con sus ingresos.
Mientras que en los últimos 6 años el poder adquisitivo de los mexicanos cayó debido a los efectos de la crisis económica de 2009, y las zonas más afectadas por la crisis fueron el Distrito Federal, Quintana Roo, Baja California, Baja California Sur y Tamaulipas.
“La población de las Baja California perdió hasta 65% de su poder adquisitivo desde 2005 mientras que la tendencia en la ciudad de México ha ido a la alza desde 2007”, señaló.
Además, el informe del PNUD critica que el presupuesto público del gobierno muestra una distribución desigual que beneficia a los más ricos y dificultades para llegar a la población con menos ingresos.
Como ejemplo, expone que México gastó cada año cuatro veces más en subsidiar las gasolinas que en todos los programas para combatir la pobreza; cada mes, “el dueño de un camioneta de lujo que llena su tanque recibe del Estado mil 800 pesos, mientras que una familia de cuatro miembros en pobreza extrema, el programa Oportunidades apenas le entrega mil 400 pesos”, advirtió el informe.
Por lo que ante un presupuesto público insuficiente, el PNUD considera que debe privilegiarse el gasto básico, como el de educación, salud y alimentación, focalizándolo entre los más pobres.
desarrollo. Al considerar el Índice de Desarrollo Humano (IDH), detalló que el 20 por ciento de la población con menor desarrollo recibió 15 por ciento del gasto en educación; 19 en salud y 9 de las transferencias. En el otro extremo, 20 por ciento de la población con mayor desarrollo recibió 20% del gasto en educación, 19 en salud y 42% de las transferencias.
Al considerar el rubro en educación, los indicadores observan que de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) México es el que mayor porcentaje del gasto total destinó a educación apenas se acercó al 25%.
En cuanto a su composición, cerca de 93 por ciento del gasto educativo se destina a salarios y personal docente, la proporción más alta entre los países de la OCDE. “Así, 9 por ciento de las primarias y 5 de las secundarias mexicanas no contaban con electricidad y menos del 30 por ciento de nivel medio tenían acceso a internet”.
“El gasto público falla en su intento por garantizar la igualdad de acceso, ya que la tasa de matriculación disminuye conforme la edad avanza; es aún más desfavorable para los individuos con menor desarrollo humano. La cobertura casi universal sólo se logra en educación primaria, los demás niveles observan un pronunciado sesgo”.
En salud, en el 2008 el 40 por ciento de la población carecía de acceso a los servicios. “Sin embargo en aquellos que sí tenían se observa un trato diferenciado, ya que aproximadamente dos tercios reciben atención por ser trabajadores formales, mientras que el resto es cubierto por el Seguro Popular.
El PNUD concluyó que es necesaria una visión de Estado que trascienda los intereses personales, partidistas y de corto plazo, así como una adecuada representación de los intereses ciudadanos y crear o fortalecer los órganos de evaluación del gasto dándoles autonomía, fuerza legal y borrando toda sombra de sesgo partidista.