El Sol de México, Finanzas
Dolores Acosta
La evasión de impuestos en México ha mostrado una tendencia decreciente, ya que en el año 2000 la tasa de evasión fue de 39.66 por ciento, mientras que para 2008 disminuyó y se colocó en 23.26 por ciento, lo que implicó una reducción de 16.40 puntos porcentuales, informó el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El organismo explicó que cuando se compara la evasión con el Producto Interno Bruto (PIB), también se aprecia una tendencia claramente descendente; sólo en el año 2000 la evasión representó 4.57 por ciento del PIB, mientras que para el año 2008 el porcentaje fue 2.62 por ciento, esto significó una reducción de 1.95 puntos porcentuales.
La información anterior forma parte de los Estudios de Evasión Fiscal elaborados por el Instituto Tecnológico de Monterrey, así como de Eficiencia Recaudatoria que realizó el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) para el SAT, y que serán presentados este 10 de febrero.
Sobre el monto recaudado comparado con el PIB, apunta que en el año 2000 esta contribución representó 6.97 por ciento, mientras que en 2008 el porcentaje fue de 8.58 por ciento, lo cual significó un incremento de 1.61 puntos porcentuales.
El SAT mencionó que aunque la recaudación se ha incrementado a través del tiempo, su crecimiento tiene un límite, el cual consiste en el impuesto potencial que se puede recaudar según las leyes impositivas vigentes.
El nivel del impuesto potencial podría ser más grande, sin embargo, se encuentra restringido por los tratamientos especiales que las leyes fiscales permiten y que implican un costo o gasto fiscal.
En términos relativos, el gasto fiscal que tiene la mayor importancia corresponde a la tasa 0.0 en el IVA, alrededor de 2.5 por ciento. Le sigue en relevancia el gasto fiscal que representa el régimen de pequeños contribuyentes, ya que al agregar el gasto correspondiente al IVA y al ISR se obtiene un gasto cercano al 2.0 por ciento del PIB.
Otros gastos importantes son los bienes y servicios exentos del IVA, el ISR empresarial y el crédito al salario, en los tres casos su importancia supera al 1.0 por ciento del PIB.