Las auditorías locales, encargadas de la vigilancia del gasto público en los estados, han fallado en denunciar y perseguir con efectividad a los funcionarios que incurren en irregularidades, acusan especialistas.

En años recientes, Veracruz, Sonora, Puebla, Estado de México, Guerrero, Quintana Roo y Coahuila han sido objetos de señalamientos severos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que, en su momento, los auditores estatales fracasaron en resaltar.

“Es un caso serio, porque tenemos evidencia de que las Auditorías locales han sido cómplices de movimientos irregulares de los Gobiernos locales o, por lo menos, han sido negligentes en denunciar malas prácticas”, dijo Enrique Díaz-Infante, director del programa de seguridad social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

El especialista señaló a Puebla, en donde, pese a tener elementos suficientes para una investigación, la Auditoría local no detectó la acumulación de deuda oculta en fideicomisos del Estado.

“Hemos visto que en el caso de (Rafael) Moreno Valle, la fiscalización de la cuenta pública no actuaba en contra de él ni identificaba responsabilidades”, indicó.

Asimismo, advierten especialistas, la auditoría local poblana falló en denunciar el uso de recursos públicos para obras con un sobrecosto elevado, que terminó beneficiando a servidores públicos.

Otro ejemplo, añadieron expertos, es el Estado de México, donde mil 943 millones de pesos que la Administración de Eruviel Ávila recibió de fondos y programas federales en 2015 desaparecieron.

Fue hasta que la ASF intervino en la revisión de esa cuenta pública del Gobierno federal que el faltante fue identificado y denunciado.

“Vemos gobernadores perseguidos, secretarios de finanzas perseguidos, pero, en su momento, ¿dónde estaban las Auditorías para denunciar lo que todos hoy sabemos era un desfalco?”, cuestionó Gabriel Farfán, director de Comunidad Mexicana de Gestión Pública para Resultados (GPR).

En el papel, las Auditorías locales tienen autonomía del Gobierno, pero los auditores son propuestos por los Gobernadores y avalados por la Legislatura local.

“No vemos una vigilancia real del gasto público, con auditores y Auditorías que, año con año, avalan cuentas públicas que, en un ejercicio real de vigilancia, no hay forma de que pudieran ser avaladas.

“Un buen número de líderes de las auditorías locales son aliados del Gobernador local”, indicó Farfán.
Y auditores no cumplen el perfil

Las Auditorías estatales no sólo fallan en vigilar el gasto público local, sino que, además, algunas están conformadas por personal que no cuenta con los requisitos para ser un auditor, señaló Carlos Cárdenas, ex presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).

Subrayó que tan sólo en el estado de Sonora, donde se está buscando a un nuevo auditor, hay candidatos que ni siquiera son contadores públicos, condición mínima para poder fiscalizar las cuentas públicas de una entidad.

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