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La reforma fiscal en EU da a México la oportunidad para reflexionar sobre el marco en la materia, pero es complicado en un año de elecciones señaló el Instituto Mexicano de Contadores Públicos.
La reforma fiscal de Estados Unidos da a las autoridades mexicanas la oportunidad para reflexionar sobre el marco nacional en la materia e introducir adecuaciones significativas para hacer más competitivas a las empresas mexicanas; sin embargo, es algo complicado en un año electoral, señaló el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).

“¿Es complicado en un año electoral?, sí, sí es complicado; sin embargo, creo que el esfuerzo que se puede hacer de análisis y de plantear alternativas y de llevarlas a quien toma las decisiones” es viable, indicó el vicepresidente fiscal del IMCP, Mario Morales López.

Entre las propuestas del IMCP, se encuentra que la tasa de impuestos corporativa en México (representada por el Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 30 por ciento más 7 por ciento de la Participación de los Trabajadores sobre las Utilidades (PTU)), debería reducirse a 25 por ciento, considerando la posibilidad de aplicar una tasa menor en el caso de que las utilidades sean reinvertidas en determinado número de años.

Mario Morales explicó que esto se puede financiar con la generalización del Impuesto al Valor Agregado (IVA) o a través en el cambio del sistema de tributación de dividendos.

Otra propuesta del IMCP es la deducción inmediata de inversiones en activos nuevos a todos los contribuyentes, sin incluir inversiones en bienes inmuebles, sobretodo en cualquier tipo de maquinaria y equipo, ya que esta clase de inversiones redunda en múltiples beneficios para las empresas y para la economía.

No obstante, detalló, lo anterior no debe llevarse al extremo que se presenta en Estados Unidos en donde también se aplica a maquinaria usada que por primera vez sea utilizada por la empresa adquiriente.

Además, la institución propone que en vista de la desaparición del Impuesto Mínimo Alternativo Corporativo en Estados Unidos, la no deducibilidad de las partidas de previsión social debería eliminarse, ya que esta restricción representa una de las últimas reminiscencias del Impuesto Empresarial a Tasa Única, que sirvió como impuesto mínimo alternativo en México.

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