El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) sostuvo que “México no puede quedarse estático” ante la reforma fiscal de Estados Unidos, pues ésta puede detener los flujos de inversión al país.

José Besil, presidente de esa asociación, comentó que para que México comience a actuar es necesario conocer el resultado de la conciliación de las iniciativas aprobadas por la Cámara de Representantes y el Senado del país vecino del norte, lo cual está previsto para antes del 22 de diciembre.

Resaltó que es necesario esperar porque los proyectos aprobados coinciden en la reducción de la tasa corporativa de 35 a 20 por ciento, difieren en el año de aplicación.

Comentó que en caso de entrar en vigor el próximo año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) debe “hacer un estudio rápido y un planteamiento directo sobre una reforma fiscal o una serie de beneficios que a través de decreto presidencial pudiera darse a los contribuyentes”.

“Necesitamos la competitividad a nivel impositiva y la reducción de las tasas lo que va a producir en Estados Unidos de forma directa es un déficit fiscal”, aseveró.

En ese tenor, Mario Enrique Morales, vicepresidente de Fiscal, detalló que el déficit fiscal previsto es por un monto de 1.4 billones de dólares, porque la reducción de carga impositiva no va a ser suficiente para generar la actividad económica.

Besil acotó que la modificación también puede destapar más competencia internacional y una reducción de tasas en otros países, lo cual va a generar conflictos económicos, tasas deficitaria en aspectos impositivos, por lo que México debe estar preparado.

Insistió en la importancia de contar con un análisis del impacto económico que puede causar la reforma fiscal estadunidense, así como la reducción o desaparición de algunas deducciones.

En caso de que no se hagan las modificaciones en el sistema mexicano, el IMCP consideró que el impacto sería visible en el flujo de inversión que se da en las filiales de las empresas estadunidenses que se encuentran asentadas en México.

“Frenaría la oportunidad económica de nuevas inversiones en México”, dijo.

Por su parte, el vicepresidente Fiscal agregó que las empresas provenientes de Estados Unidos van a revaluar sus proyectos que tienen en el país, pero el país no perderá competitividad, pues mientras la industria automotriz paga en Estados Unidos entre 22 y 24 dólares la hora a sus trabajadores, la mano de obra mexicana recibe tres o cuatro dólares por hora.

El presidente del IMCP comentó que el gobierno entrante debe comenzar a trabajar en el tema a partir de julio.

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